diciembre, 2019

Preservación social de la fertilidad: qué, cuándo y por qué

La preservación de la fertilidad es una práctica recurrente hoy en día. Un tratamiento que permite a las mujeres programar el momento en el que quieren comenzar el proceso de formar una familia mediante la criogenización de ovocitos, que se almacenan hasta que la protagonista decida que ha llegado el momento. Esto puede deberse a múltiples causas, desde tratamientos médicos hasta motivos laborales, pero uno de los escenarios más frecuentes es la preservación social de la fertilidad.

La preservación social de la fertilidad es la criopreservación de ovocitos que llevan a cabo las mujeres para poder posponer su maternidad. Perseguir un objetivo profesional, esperar a un momento de madurez apropiado, encontrar la estabilidad financiera o viajar por el mundo son algunos de los razonamientos planteados antes de tomar una decisión extensible a cualquier persona que vaya a formar parte de la futura familia.

Según Juan Íñiguez, director del laboratorio de Embriología de UR IMED Valencia, «en los últimos años, la edad a las que las mujeres deciden ser madres se ha incrementado de manera notable. Hoy en día la media en España para tener el primer hijo supera los 32 años. Sin embargo, este hecho puede llegar a significar una reducción en las posibilidades de gestación con los propios ovocitos».

Este recurso no es, al igual que cualquier otra técnica de reproducción asistida, una cuestión ceñida a los estándares familiares convencionales. Desde madres sin pareja masculina que recurran a ello de manera individual o parejas femeninas cualquier mujer puede optar por este procedimiento como un paréntesis fértil antes de tomar la decisión de emprender la aventura familiar.

¿Cuándo recurrir a la preservación social de la fertilidad?

Como en cualquier técnica de reproducción asistida, la preservación social de la fertilidad tiene unos plazos. O, más bien, unos límites. La idea principal detrás de recurrir a este método no es otra que la de disponer de óvulos de calidad cuando, por edad, la mujer ya no podría producirlos por sí misma.

Por eso mismo, lo ideal es hacerlo mientras la edad fértil ideal perdure, de forma que, aunque el momento de formar una familia llegue después, esos primeros pasos del proceso puedan darse con embriones de calidad. Para las mujeres, el mejor resultado siempre se dará cuando la criogenización de los ovocitos se produzca no después de los 35 años.

¿Qué número de ovocitos se deberían vitrificar?

No existe un número ideal, afirma Juan Íñiguez, pero este también vendrá determinado por la edad de la mujer. Según algunos estudios en mujeres menores de 35 años con entre 10-15 ovocitos se alcanzarían cerca de 85% de éxito en la consecución de una gestación. A partir de los 36 con un número similar estaríamos hablando de 35% de éxito.

¿Cuánto tiempo pueden estar congelados?

La criopreservación de los ovocitos se lleva a cabo a través de una técnica de congelación denominada vitrificación que consiste en una congelación ultrarrápida que evita la formación de cristales de hielo. De esta manera los ovocitos pueden permanecer criopreservados, a priori, de forma ilimitada.

El factor diferencial es, en cualquier caso, la libertad. Que la decisión sea tomada pensando en formar una familia únicamente cuando todas las condiciones sean propicias sin que, por ello, las posibilidades se reduzcan o se incurra en un riesgo mayor. Ya sea una decisión individual o consensuada en pareja, la preservación social de la fertilidad es un recurso ideal para mujeres que no quieran correr más de la cuenta y quieran alcanzar el sueño de formar una familia sobre una base sólida de objetivos cumplidos.

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