noviembre, 2019

¿Cómo influye la diabetes en el embarazo?

Una etapa tan significativa como el embarazo está influenciada por multitud de factores, tanto internos como externos, que pueden llegar a tener una gran importancia en el devenir de los acontecimientos. Cuestiones tan fundamentales como la salud general y la alimentación tienen mucho que ver, por eso hay patologías que, pese a que muchas personas puedan llevarlas a raya en el día a día cotidiano de sus vidas, conviene controlar especialmente. Es el caso de la diabetes en el embarazo.

La diabetes en el embarazo, como cualquier otra enfermedad que acompañe a una persona de manera permanente, hay que mantenerla vigilada. Y, para ello, la única manera posible es la supervisión médica constante: es recomendable someterse a evaluaciones endocrinológicas y ginecológicas que garanticen los niveles más altos posibles de salud para crear el entorno ideal para la gestación.

Esta patología, que afecta a nuestro metabolismo, se da cuando el páncreas es incapaz de producir la suficiente insulina para regular unos niveles de glucosa en sangre excesivamente elevados. En sí misma no es un obstáculo para la fertilidad, ni en el método tradicional ni a través de un tratamiento de reproducción asistida: las tasas de éxito son parejas en personas diabéticas y en las que no lo son.

Sin embargo, para aquellas personas que se enfrentan a la diabetes en el embarazo, es imprescindible seguir unos controles adecuados. Unos niveles de glucosa demasiado elevados pueden inhibir la producción de hormonas imprescindibles para la fertilidad femenina, como estrógeno, progesterona y testosterona.

Por ello, la insulina debe ser una gran aliada en esta etapa, ya que cualquier cambio hormonal producido por la diabetes puede suponer una alteración en los ciclos menstruales, dando pie a retrasos -o ausencia- en la regla, llegando en ocasiones al límite de la menopausia prematura.

El único problema de la diabetes en el embarazo es su potencial descontrol. Ante una diabetes bien controlada, no hay nada que temer: no afectará a la fertilidad salvo que la mujer sufra otras enfermedades o complicaciones paralelas, como podría ser la obesidad, que acentúa los problemas generados por la patología.

Obesidad y diabetes en el embarazo

Cuando la diabetes está acompañada por un excesivo sobrepeso, llegando a niveles de obesidad, las complicaciones se multiplican. La resistencia a la insulina puede alterar el proceso ovulatorio, además de formar parte del síndrome de ovarios poliquísticos, y en último término reducir las opciones de las mujeres de quedarse embarazadas.

Pero no es una cuestión que afecte únicamente a las mujeres ni específicamente al proceso del embarazo. La diabetes también puede alterar la capacidad del hombre para formar una familia: una patología mal controlada dará pie a que se produzca daño testicular, con su consiguiente disminución de la calidad y cantidad de esperma, trastornos en la eyaculación e incluso disfunción eréctil.

A la hora de valorar las potenciales implicaciones de la diabetes en el embarazo, además de todo lo mencionado, habrá que considerar las posibles incompatibilidades que existan entre el proceso de gestación y la medicación antidiabética. Es necesario acudir a una consulta Endocrinóloga y a una Ginecológica para que especialistas realicen todas las pruebas necesarias y valoren las condiciones para poder garantizar el éxito.

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