Formar una familia es algo para lo que nadie está completamente preparado hasta que llega el momento de la verdad. Por mucho que otras personas puedan aconsejarnos, podamos leer en libros o nos cuenten los especialistas médicos con los que tengamos contacto frecuente, hay conceptos, prácticas o escenarios que van a sorprendernos de la nada. Para aclarar un poco algunos términos, hablamos sobre uno de los importantes en el campo de la reproducción asistida: la betaespera.
La betaespera es el tiempo que transcurre entre la transferencia de embrión (o embriones) al útero y la prueba de embarazo en sangre. Un periodo que puede convertir a cualquier persona, a cualquier aspirante a formar una familia, en todo un manojo de nervios a la espera de recibir la confirmación definitiva.
Esta fase, que puede durar aproximadamente entre 10 y 15 días, supone una auténtica montaña rusa psicológica: en un mismo hogar convergen la ilusión por ampliar la familia, el miedo al fracaso, la dolorosa incertidumbre antes de conocer la respuesta y un sinfín de sentimientos encontrados.
Es una etapa difícil, pero ni mucho menos imposible. ¿Cómo superar la betaespera?
La betaespera no implica que debamos dejar de lado nuestro ritmo de vida cotidiano. No es necesario guardar reposo, si no lo indica expresamente el facultativo, ni ausentarse de nuestras obligaciones ni hacer un parón en nuestro día a día hasta que recibamos la respuesta. La mejor manera de pasar este trance no es otro que, en la medida de lo posible, mantener la normalidad y actuar día tras día como si viviésemos jornadas corrientes.
El éxito o fracaso tras la betaespera, desgraciadamente, no está en nuestra mano. Lo que ocurra durante esos días no significará que se dé el embarazo o no, por lo que es mejor no obsesionarse con una innecesaria perfección vital ni, sobre todo, responsabilizarse en primera persona de una respuesta negativa a la prueba de embarazo. Al igual que, en caso de éxito, tampoco podremos atribuirnos ninguna victoria. Simplemente debemos esperar y confiar.
La betaespera es, sobre todo, una gran carga emocional. Por ello, es básico que todas esas emociones no se queden en una esfera puramente individual: hablar con familiares, amistades, con nuestra pareja e incluso con especialistas no solo puede ser una gran ayuda, sino que es una descarga absolutamente necesaria para poder lidiar emocionalmente con la tensión de estos días. La importancia de la comunicación.
La fase de la betaespera no debe implicar abandonar el deporte, aunque ciertos ejercicios deben realizarse con cierta moderación y otros están prohibidos. Entre las prohibiciones se encuentran los ejercicios físicos que impliquen saltos o botes repetitivos, así como los baños con inmersión tanto en el mar como en piscinas, bañeras o spas. Un ejercicio suave y bien planificado es ideal para mantener nuestra salud física y mental, pero siempre observando las limitaciones anteriormente descritas.
En las redes sociales podemos encontrar cualquier tipo de contenido que puede distorsionar nuestro estado emocional. Como nos dicen los expertos en marketing online de 1clic en estos momentos puede ser un arma de doble filo. Leer o escuchar historias bonitas y con final feliz te ayudará a estar contenta y esperanzada, pero ¿qué pasa si el desenlace no es satisfactorio?
Hacerte test de embarazo sin parar no te beneficiará en nada. La espera, con total seguridad, se convertirá en una pesadilla. Nuestra recomendación es que si tienes test de embarazo en casa los tires por la ventana.
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